El proyecto BIBE ha finalizado en Lezo

Lun, 27/10/2025 - 11:54

El proyecto BIBE ha tenido una larga trayectoria en Lezo y fue clausurado el viernes en un acto que reunió a cerca de un centenar de personas.

En Gipuzkoa, siete de cada diez personas mayores de 57 años no quieren traspasar a sus descendientes o familiares la responsabilidad de sus cuidados.

Esta es una de las conclusiones del proyecto BIBE (Bizitza Berria eta Betea), impulsado por Gobierno Vasco y la Diputación Foral de Gipuzkoa a través de ADINBERRI, que hoy ha celebrado su evento de cierre en Lezo. Esta iniciativa surgió con la pretensión de ser una aportación desde Gipuzkoa al desarrollo del nuevo paradigma de longevidad y vida plena. Durante un año, más de 1.000 personas han reflexionado sobre la vida con sentido y significado en la vejez en el marco de un proyecto de investigación y un proceso participativo con la ciudadanía.

Siete de cada diez guipuzcoanos y guipuzcoanas mayores de 57 años no quieren traspasar a sus hijas, hijos o familiares la responsabilidad de sus cuidados. Además, un 70% desea tener un equilibrio entre su proyecto de vida y la familia.

El programa se ha llevado a cabo durante más de un año en Oarsoaldea, en concreto, en Lezo. Durante el proceso, ha contado con la colaboración del Ayuntamiento de Lezo, la Fundación Aubixa, Aptes, Helduak Adi, la Asociación de Jubilados Aitona-Amonen Borda y Agijupens.

El municipio acogió el viernes el evento de cierre del proyecto, al que asistieron alrededor de 100 personas, entre ellas la diputada general de Gipuzkoa, Eider Mendoza, la directora de Apoyos para la Vida Plena del departamento de Bienestar, Juventud y Reto Demográfico, Marian Olabarrieta, la diputada de Cuidados y Políticas Sociales, Maite Peña, la directora de ADINBERRI, Rakel San Sebastian, y el alcalde Lezo, Mikel Arruti. El encuentro acogió una ponencia de Javier Yanguas, director de proyectos de la Fundación Aubixa y principal investigador de BIBE, quien también moderó un diálogo con las expertas Sacramento Pinazo-Hernandis y Mercè Pérez Salanova. Asimismo, llevaron a cabo una dinámica ciudadana liderada por Aptes con las y los vecinos de Lezo, los auténticos protagonistas de BIBE.

La diputada general, Eider Mendoza, reconoció la contribución de todas las personas que han participado en esta “iniciativa pionera” que, en su opinión, será “una referencia a seguir” ante los desafíos que, como sociedad, afrontamos como consecuencia de la transformación demográfica, así como de los “cambios culturales y sociales” que vivimos en el ámbito de los cuidados y de la longevidad. “En un momento en el que Gipuzkoa está haciendo decididamente un esfuerzo de anticipación y de innovación en el cuidado de las personas mayores, es fundamental contar con la participación de las personas, con sus impresiones, sus vivencias y sus expectativas sobre la longevidad. Este proyecto nos anima a seguir en ese esfuerzo, reforzando la colaboración y la activación de la comunidad para, entre todas y todos, dotar de un sentido cada vez más humano a las políticas públicas en este ámbito y garantizar los cuidados de hoy y de mañana a todas las personas que puedan necesitarlas”.

“BIBE nos invita a mirar la vejez sin estereotipos: con dignidad, con deseo y con proyecto. Nos recuerda que una comunidad que reconoce y activa a sus mayores es una comunidad más justa, más sabia y más humana”, manifestó la directora de Apoyos para la Vida Plena del departamento de Bienestar, Juventud y Reto Demográfico, Marian Olabarrieta. En este sentido, aseguró que el Gobierno Vasco se compromete a “fortalecer la cooperación público-social y municipal para que BIBE se traduzca en cambios cotidianos como más redes de apoyo, más oportunidades de participación, más salud y bienestar en clave comunitaria” y a impulsar el “contrato” entre generaciones.

El proyecto BIBE se ha desarrollado en dos fases: una de carácter investigador, liderada por Aubixa Fundazioa, y otra de implementación en Lezo, donde se han llevado a cabo dinámicas con alrededor de cien vecinas y vecinos en un espacio denominado Bibetoki de la mano de Aptes, Helduak Adi y Apitropik.

Mikel Arruti, alcalde de Lezo, por su parte, expresó que el proyecto BIBE ha dado pie durante muchos meses a la reflexión y el diálogo en Lezo: “Gracias al compromiso de las y los participantes, vuestras conversaciones, reflexiones, dudas y propuestas han llegado más allá de BIBEtoki. Ha sido un proceso que ha tenido resultados fructíferos y, en gran medida, ha sido posible gracias al trabajo que habéis realizado. Lezo tiene mucho que aprender y mucho que trabajar, pero tenemos un buen punto de partida”.

Transformación demográfica y generación del ‘baby boom’

Durante el evento, Javier Yanguas explicó las conclusiones a las que se ha llegado y los retos y desafíos de este nuevo paradigma de longevidad. En este sentido, señaló que entre los años 1957 y 1973 nacieron en el estado español 14 millones de personas, de las cuales 570.000 lo hicieron en Euskadi, una población que representa actualmente el 27,5%. En 1973 nacieron en Gipuzkoa 12.000 niños y niñas, mientras que en 2023 el número ascendió sólo a 2.186.

“La diferencia es abrumadora. Las generaciones del ‘baby boom’ —aproximadamente entre el 20 y 22% de la población— están llegando a la vejez, que será muy distinta a la de sus padres”, apuntó el experto. “Son las generaciones más formadas de la historia y las mujeres económicamente más independientes que hemos conocido. Su vejez será más larga y llegan a ella con modos de vida y convivencia muy distintos (más divorcios y separaciones, diferentes formas de vivir en pareja…) y en un contexto individualista y menos comunitario, con vidas y procesos de envejecimiento más aislados y solitarios”, señaló Yanguas. Todo ello en un contexto de baja natalidad, que traerá como consecuencia un envejecimiento con menos apoyo y menos red. Uno de los retos principales, por tanto, será llenar esa vida de “contenido”, de propósito para alcanzar una vejez significativa, siempre que la salud y la economía lo permita.

BIBE ha querido aportar una nueva mirada sobre todas estas cuestiones. Para ello, se establecieron entre mayo y junio de 2024 seis grupos focales de discusión con personas de distintas edades y/o distintos momentos vitales: de 57 a 62 años que aún estaban trabajando, de 63 a 67 años recién jubiladas y de 70 años o más en una situación de jubilación ya consolidada. Asimismo, se lanzó entre diciembre de 2024 y abril de 2025 una encuesta online, que fue respondida por más de 2.300 personas, entre ellas 885 guipuzcoanos y guipuzcoanas. Ambos estudios conformaron la ‘Fotografía de una nueva longevidad’.

Crece la necesidad de dar un espacio al proyecto de vida

En el marco de este proyecto surgieron seis dimensiones sobre las que reflexionar: familia, cuidados, salud, relaciones y soledad, vida cotidiana, intergeneracionalidad y aportación al bien común. Uno de los cambios más relevantes que se ha observado es en las relaciones familiares, “principalmente en la búsqueda de un equilibrio entre la vida personal y la familia”, explicó Yanguas. Así, siete de cada diez personas sienten “la necesidad y obligación de dar espacio a su proyecto de vida”, un deseo manifestado especialmente por mujeres.

Con respecto a los cuidados, hay dos cambios fundamentales: la manera en la que se está dispuesto a cuidar y cómo se quieren recibir esos cuidados. “Si antes era la familia la que se hacía responsable, cada vez es más evidente que las personas consideran que el cuidado, sobre todo el instrumental (aseos, alimentación, cambio de pañal), es un asunto personal que no quieren transferir a sus hijas, hijos o familiares”, indicó el investigador de la Fundación Aubixa. Es decir, 7 de cada 10 personas quieren que sus hijas, hijos o familiares les acompañen en la vejez, pero no desean que realicen ninguna de estas actividades instrumentales o íntimas. “La idea de que nos cuidarán las hijas o hijos ha desaparecido”, manifestó. En cuanto a la salud, las personas que han participado en BIBE temen la dependencia, el deterioro cognitivo, la enfermedad y la pérdida de control.

Aumenta el miedo a la soledad

En la dimensión de relaciones, una de cada dos personas encuestadas tiene miedo a la soledad: “son conscientes de las dificultades que existen de hacer nuevas relaciones y muchas se dan cuenta de que los anclajes que tenían en el pasado se han ido perdiendo por el camino”, explicó Yanguas, quien también hizo hincapié en la “quiebra de la relación entre distintas generaciones”, ya que el 40% de las encuestadas se sienten lejos de los y las más jóvenes.

La búsqueda de una vida con sentido, con propósito, significativa, más allá de un envejecimiento activo, es también uno de los cambios más importantes con respecto a generaciones anteriores. Las personas muestran su deseo de vivir lo más plenamente posible el tiempo de vida que les queda. No obstante, entre el 30% y 40% de las encuestadas tienen dificultades para llevar una vida con sentido y para encontrar motivación.

De este modo, el proyecto ha cumplido su objetivo de aportar, desde Gipuzkoa, al desarrollo del nuevo paradigma de la longevidad y de analizar las preocupaciones, deseos, enfoques del envejecimiento y expectativas de las personas, con el fin de avanzar hacia una vida plena y con sentido en la vejez. 

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